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01
oct

Publicado por Protegetedelmovil.com

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Los campos electromagnéticos de ciertos sistemas de comunicación pueden dificultar la memorización

La radiación no ionizante de alta frecuencia, como la emitida por los teléfonos móviles, es un tema frecuente de discusión. Desde la década de 1950, se viene debatiendo qué efectos pueden tener sobre la salud los campos electromagnéticos de alta frecuencia asociados a dispositivos tales como los teléfonos móviles.

Un equipo de neurocientíficos ha aportado por vez primera pruebas de que los campos electromagnéticos muy potentes sí influyen en los procesos de aprendizaje y formación de recuerdos, a escala sináptica en el cerebro, independientemente de otros factores como el estrés, mientras que los campos débiles no tienen ninguna influencia relevante. Hay que recalcar, sin embargo, que esas grandes potencias no se alcanzan con el uso cotidiano de los teléfonos móviles.

Los campos electromagnéticos de alta frecuencia no sólo se utilizan en los teléfonos móviles, sino también en una amplia variedad de otros sistemas de comunicación, como la radio, la televisión o los teléfonos inalámbricos.

Los teléfonos móviles de tercera generación utilizan tecnología UMTS con una frecuencia de 1200 MHz y un rango de operación relativamente débil (3,8 a 4,8 V/m).

Los campos electromagnéticos de mayor potencia pueden provocar el calentamiento local de tejidos corporales, un fenómeno descrito también como “efecto térmico”. A juzgar por los datos disponibles, los teléfonos móviles pueden causar un calentamiento local del cerebro de menos de 0,1 grados centígrados.

Por otro lado, bastantes de las informaciones que circulan sobre los efectos no térmicos de campos electromagnéticos emitidos por teléfonos móviles son contradictorias y confusas. Entre esos posibles efectos, figura, por ejemplo, un aumento de la permeabilidad y de la fluidez de las membranas celulares, lo que a su vez podría provocar otros efectos, incluso sin un cambio detectable en la temperatura. En el cerebro, esto podría afectar a los procesos sinápticos vinculados al aprendizaje y la formación de recuerdos.

Los experimentos realizados anteriormente con animales no lograron aclarar lo suficiente si los efectos detectados estaban provocados por la acción no térmica de los campos electromagnéticos de alta frecuencia o por el miedo, ansiedad o estrés experimentados por esos animales al ser manipulados por los científicos o sometidos a situaciones inquietantes, como por ejemplo la vivida por una rata que es colocada en un entorno desconocido para ella.

El equipo de la Dra. Nora Prochnow (Facultad de Medicina de la Universidad del Ruhr en Bochum, Alemania) ha llevado a cabo un nuevo estudio para investigar esta cuestión y poder dar una respuesta más clara a la pregunta de si los efectos detectados se deben a los campos electromagnéticos de alta frecuencia o, por el contrario, al nerviosismo experimentado por los animales.

Para el experimento, se colocaron ratas dentro de espacios sometidos a campos electromagnéticos de alta frecuencia y diferentes potencias (aunque sin acción térmica). Los procesos sinápticos vinculados al aprendizaje y a la formación de recuerdos fueron analizados mediante métodos electrofisiológicos. Además, en todos los animales se comprobó si había liberación de hormona del estrés inmediatamente después de la exposición al campo electromagnético de alta frecuencia.

La Dra. Prochnow y sus colaboradores han detectado incrementos en los niveles de hormona del estrés presente en la sangre, en todos los grupos expuestos, lo que, junto a otros resultados, les ha conducido a la conclusión de que esos efectos en los procesos sinápticos vinculados al aprendizaje y a la memoria se deben a las consecuencias del nerviosismo de los animales y no a la acción de los campos electromagnéticos de alta frecuencia. El estrés influye claramente en el aprendizaje y en la creación de recuerdos a escala sináptica en el cerebro de las ratas.

Los campos electromagnéticos de alta potencia (SAR 10 W/kg) sí tienen un efecto negativo significativo en la capacidad de aprendizaje y en la de formar recuerdos. En cambio, los campos electromagnéticos de potencia menor (SAR 0-2 W/kg) no producen ningún cambio o daño detectables.

Conviene matizar que estos resultados no son aplicables directamente y con toda certeza a los humanos. De todas formas, las personas que podrían tener motivos para preocuparse son una minoría. La gente no está expuesta a ese tipo de campos electromagnéticos de alta potencia al usar cotidianamente el teléfono móvil. La situación es diferente para quienes realizan algunos trabajos muy especiales en los que se requiere usar sistemas de antena portátiles, un equipamiento común en personal de seguridad o del ámbito militar. En casos de ese tipo, es posible alcanzar niveles críticos de exposición ocupacional más fácilmente, y por ello esos niveles deben ser controlados cuidadosamente.

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