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¿De qué protege?

Los neutralizadores de radiaciones electromagnéticas tienen como objetivo principal proteger y preservar nuestro cuerpo (con su campo energético vital) de las ondas electromagnéticas de baja frecuencia.

Sabemos que coexistimos con las ondas electromagnéticas desde hace muchísimos años, pero al provenir de la naturaleza no nos afectaban negativamente como creemos que lo hacen en la actualidad las artificiales.

Las ondas electromagnéticas no ionizantes (sin suficiente energía fotónica para romper los enlaces químicos que unen las moléculas de la célula) interactúan con nuestro organismo y lo atraviesan coexistiendo en el mismo espacio a la vez. Estas ondas al igual que los campos atraviesan la mayoría de los materiales y es por consiguiente más difícil apantallarlos.

El ser humano experimenta efectos nocivos por los campos electromagnéticos a partir del momento en que se utilizan para transportar paquetes de información. En el caso del móvil estaríamos hablando de datos, entendiendo (gracias al nuevo concepto de móvil Smartphone) como datos: voz, imágenes, páginas web, perfiles sociales, enlaces, etc…

A lo largo del día los móviles transfieren volúmenes infinitos de datos digitales que todos se desmenuzan, ordenan y almacenan dentro de infinitos paquetitos de información para ser ágilmente transportados en los que sólo encontramos “ceros y unos” (sistema  binario).

Estos “datos” son los que generan el movimiento y la fricción contra nuestras células. Las consecuencias de estos movimientos provocados de forma artificial y mantenidos en el tiempo resulta a corto plazo en un aumento de temperatura, dolor de cabeza, insomnio e incluso alteración del sistema inmunológico.

A largo plazo, si bien no existen pruebas aun concluyentes que demuestren posibles efectos nocivos directamente relacionados con el uso de los móviles, cada vez más recibimos mensajes de precaución en la frecuencia e intensidad de uso así como de prevención si el usuario es un niño o adolescente.